Las personas no te decepcionan simplemente-esperas demasiado de ellas



Las personas somos extremadamente complejas, ya que la mayoría de las veces nos pasamos la vida esperando un montón de cosas, tanto de nosotros mismos, como de los demás. Vivimos esperando la perfección, vivimos esperando que las personas piensen o actúen de forma similar a la nuestra, vivimos esperando recibir lo que damos (aunque sea en forma diferente).

Creamos nuestra propia realidad, pero si no conseguimos o logramos el resultado deseado, si las personas no logran estar a la altura de nuestras expectativas, si no son lo que esperamos o no nos dan lo que necesitamos, caemos en un estado de enojo y decepción que sólo nos genera un sin sabor extraño entre la sorpresa y la tristeza, un sabor agridulce que nos conduce a una terrible frustración.

Mientras más expectativas pongamos en las personas, más grande será el poder que tendrán de hacernos daño, aunque sería muy difícil, por no decir que imposible, no esperar algo de los demás. ¿Pero sabes? ellos no tienen la culpa, es simplemente que la mayoría de las veces, nos agrada tanto una persona que, inconscientemente, hacemos mucho por ella, damos todo sin que nos lo pida que, por lo que al menos  esperamos recibir un gesto de su parte, como un agradecimiento, una llamada, un cumplido, una felicitación por nuestro cumpleaños o hasta que nos quieran o amen. Podríamos pensar que el gran error es darlo todo sin que nos lo pidan, pero no, el error es esperar algo a cambio, porque cuando damos algo que no nos piden, no tenemos por qué esperar recibir nada, de hecho, el que lo acepten debería ser suficiente, ya que la otra persona no esta ni siquiera obligada a aceptar lo que le demos sin haberlo pedido.


Cada persona trae dentro una historia diferente, por lo que la forma y el entorno en que hemos crecido habla mucho de cómo expresar lo que necesitamos de los demás, por lo que alguien que creció con mucho amor y comprensión es normalmente, una persona más segura de sí misma y por tanto, necesita menos de los demás, espera menos de otros y exige menos del mundo que lo rodea.

Cuando esperamos mucho de los demás, regularmente es porque queremos llenar un vacío que tenemos dentro de nosotros mismos y no podemos o no sabemos cómo llenarlo. Yo creo que el primer paso para comenzar a llenar ese vacío es salir de nuestra zona de confort y conformismo y empezar a esperar más de nosotros en lugar de esperar algo de los demás. Enfocar nuestra energía en construir y avanzar, nos aleja enormemente de la posibilidad de vivir decepcionados al no recibir lo que esperábamos y hace nuestro viaje más ligero.


Nada más analiza por un momento la situación al revés, ósea, que tú seas de quien esperan mucho, qué responsabilidad, ¿verdad? Que gran peso te echan encima al querer que actúes como alguien más lo desea y no como tú lo decidas. Al menos yo, lo primero que se me ocurriría, es correr de esa situación.

Lamentablemente, todo esto lo aprendemos sólo con la experiencia, pero una vez aprendido lo más viable es, simplemente, trabajar con nuestras necesidades emocionales más intimas para evitar sentirnos defraudados, dejar ser a las demás personas como son aceptando que son libres de demostrar su afecto de un modo diferente al tuyo, y sobre todo, confiar más en uno mismo.

No por eso dejes de soñar, simplemente vive una vida sin demasiadas expectativas, sin extremos… encontrando el punto medio para ser feliz sin depender de nadie.