En ocho meses, logró el cambió su cuerpo para siempre. El problema fue que a su marido no le pareció bien el nuevo estilo de vida de Angela y le pidió el divorcio, según publica el periódico británico The Sun.
Después de nueve años de matrimonio, la brasileña contó que su marido y su hijo no quisieron compartir sus nuevos hábitos saludables: "Les dije que ellos debían prepararse sus propias comidas y dejé de cocinarles".
Angela, que mide 1,54 metros, pasó de 82 a 47 kilos. Su marido pensaba que en su figura obesa ella era "hermosa". Pero ella quería cambiar y modificó su menú, comiendo nueces, papas y carne magra. Sobre su secreto, contó que "tenía una alarma en mi teléfono, por lo que nunca me saltaba una comida y llevaba una bolsa con alimentos a cualquier lugar que iba".