Hazme saber si me has echado de menos, no importa que haya transcurrido el tiempo, no importa el rumbo que hayan tomado nuestras vidas, si ahora alguien más ha de ocupar tu lugar o tal vez el mío, no pensemos en consecuencias por un momento, déjate llevar y haz que me deje llevar, hazme saber que has pensando en mí y que tal vez te gustaría repetir lo que nos tocó vivir, cuando éramos tu y yo contra el mundo entero, cuando no había más opción que ser feliz.
Quiero saber de alguna u otra forma que te has recostado a la orilla de tu cama y que por tu cabeza han pasado todos los momentos que nos dejaron marcados, aquellos besos que se nos tatuaron, aquellas huellas de mis manos en tu piel o de las tuyas sobre la mía, aquellas risas incontrolables, aquellos sueños que tanto deseamos realizar y los abrazos de los que no nos podíamos separar.
Si me llegas a extrañar vuelve a nuestro sitio, aquel que volvimos especial, en el que las tardes transcurrían a prisa y nunca acabábamos de platicar. Vuelve allí y hazme sentir que el tiempo no ha trascendido, que seguimos siendo los mismos, los mismos que se amaban con locura y pasión, los mismos que se entregaban completamente a la hora de hacer el amor.
Vuelve a pronunciar mi nombre… ¿aun recuerdas el efecto que tiene sobre mí el que lo hagas muy pegado a mi oído y casi en forma de susurro? Estoy segura que sí. Sé que puedes recordar como lograbas erizar cada parte de mi piel, sé que no has de olvidar como me hacías temblar y estremecer. Sé que has de recordar mi olor, mis suspiros y mi respiración, sé que aun puedes predecir cada uno de mis movimientos y seducirme hasta lograr aquello que con nadie más he hecho.
Por el contrario, si he de ser yo la que te extrañe demasiado, la que no pueda con las ansias de verte nuevamente, la que anhele un beso o un abrazo, la que eche de menos tu mirada y tu olor… optaré por mirar tus fotografías, aquellas en las que sales con esa sonrisa que me derretía, aquellas en las que haces tontas muecas con las que es imposible no reír. Me refugiaré repasando en mi mente aquellas conversaciones que tengo tan grabadas, esas platicas en las que las horas pasaban y pasaban y hablábamos de cómo nos hacíamos sentir, todo lo que deseábamos hacer juntos, los lugares a los que viajaríamos, los sueños que lograríamos y lo que sería mi vida junto a ti.
¡Demonios! Debo reconocer que ya te extraño lo suficiente. Inclusive las despedidas y las prolongadas ausencias, las peleas sin sentido y las reconciliaciones que nos recordaban por qué continuábamos, el porque nos aferrábamos el uno al otro, por qué lo intentábamos una y otra vez. Extraño todo de ti, y tú ¿me extrañarás a mí?
Sabes… no es necesario que en este preciso momento corra tras de ti, que salga a buscarte, que vuele a ti. No lo es porque en aquella despedida la mayor parte de mí se fue contigo. Sería inútil ir tras de ti cuando ya me tienes contigo. Requiero que seas tú quien venga a mí, que me traigas de vuelta esa parte de mí, esa que me ha hecho sentir tan incompleta, esa que se aferra a ti aun a pesar del tiempo, de la distancia, de las circunstancias.
Hay que reconocer que nos llevamos en la piel, que no fue necesario firmar nuestra unión en un papel, lo hicimos marcándonos la vida, el destino, con esa entrega tan pura y absoluta y que desde entonces no ha habido nadie que nos remplace, sigo intacta en tu corazón, sigues intacto en el mío.
Podrán decir que no ha sido amor, que si hubiese sido amor continuaríamos juntos, pero simplemente a veces debemos reconocer que por más que haya amor, hay cosas, deseos, situaciones que simplemente no pueden ser. Otros dirán que lo mejor es pasar la página y probablemente lo sea, sin embargo hay amores que no se los lleva ni las peores de las mareas. Que quedan en el pasado pero siempre presentes y que incluso después de años si vuelven a aparecer, nos vuelven a sacudir.
Y por si acaso me llegaras a extrañar… quisiera saberlo. De repente mira al cielo y ve la luna, en alguna parte yo también la estaré viendo y quizás si no es posible un encuentro, eso podría ser lo más cerca que estemos… pero tal vez en algún otro tiempo… sea nuestro momento.
Autor: Stepha Salcas